Durante
cerca de cincuenta años, el nivel más alto de violencia que había experimentado
Venezuela (medido como la tasa de homicidios más alta en ese período), fue
inferior a la menor violencia vivida en Colombia durante ese lapso temporal
(medida como la menor tasa de homicidios registrada en esas décadas). Eran dos
historias completamente distintas, donde Colombia era el país violento y
Venezuela el vecino pacífico.
Esto
último ha cambiado, En Venezuela
los 130 homicidios por cada 100.000 habitantes, de Caracas hacen que esta
ciudad le lleve la delantera a Ciudad del Cabo en Sudáfrica, Moscú, México y
Bogotá con los índices más altos de “violencia brutal y homicida”, la capital
de Venezuela, con 3,2 millones de habitantes tiene una tasa de 130
homicidios por cada 100.000 residentes, según las estadísticas
oficiales, y esto sin tener en cuenta que los números pueden ser mayores a los
dichos por el gobierno. Según esto, le siguen, Ciudad del Cabo en
Sudáfrica, con una tasa de homicidios de 62 por cada 100.000
habitantes; Nueva Orleans en EE.UU. con tasas que van de 67 a
95 por cada 100.000; Moscú con una tasa de homicidios de 9,6
por cada 100.000 habitantes, y Port Moresby en Papua Nueva Guinea
con una tasa de 54 por cada 100.000 habitantes, sin olvidar México, pero que
afronta un problema diferente.
Asimismo la capital del país del presidente
Hugo Chávez, se ha tornado en años
recientes mucho más peligrosa que cualquier ciudad suramericana, superando a la
otrora notoria Bogotá.
También debemos señalar que en las
estadísticas oficiales de homicidio en la ciudad capital, no se incluyen los crímenes vinculados con
prisiones al igual que las muertes que el Estado nunca llega a ‘definir’
apropiadamente, lo que hace que estas “estadísticas” no sean reales. Las cifras
oficiales de la capital tampoco cuentan a quienes mueren “cuando se resisten al
arresto”, lo cual nos revela que los
policías de Caracas, ya famosos por su brutalidad contra los estudiantes en
protestas, acomodan dichos números. Y por “policías” me refiero a todos los
entes encargados de velar por la seguridad y el orden público.
Del mismo modo debo decir que
muchísimas personas acusan al comandante-presidente, su sequito y sus
“políticas”, amen que su Gobierno no ha encarado las
crecientes tasas de crimen violento en el país. De hecho, desde que Chávez
llegó al Gobierno en 1998 la tasa oficial de homicidios en Venezuela ha subido
un 67 por ciento(sino mas), debido principalmente a la violencia de las
pandillas y el tráfico de drogas.
La actual Ministro Varela, el ex
Ministro Rodríguez Chacin y el Director del CICPC afirman que “los homicidios
han caído”, es mentira y solo son propaganda a favor del gobierno. “Algunos especulan que la tasa de homicidios
es más cercana a los 160 por cada 100.000 habitantes”, lo que nos lleva a
pensar que no sabemos los números reales de Caracas y mucho menos del resto del
país.
De hecho desde que el presidente Chávez está
en el poder "se han implementado más de 16 planes de seguridad y otros y
vale preguntarse, como lo hizo Enrique Mendoza
“ ¿Qué se ha conseguido?". En una intervención en la AN, que fue
mas una satisfacción PSUVISTA, y aunque no dio cifras totales, el ministro del
Interior reconoció que "la tasa en Venezuela es de 48 homicidios por
100.000 habitantes, y sigue siendo alta, porque está por encima de la media en
Latinoamérica, esa es la verdad con cifras oficiales". Más temprano, el
vicepresidente Elías Jaua, había asegurado que para el gobierno "un solo
muerto" era "demasiado", pero no hacen nada para combatir el
auge de la delincuencia y la violencia, no solo en la capital, sino en toda la
nación.
Los números,
estadísticas o cifras de violencia en Venezuela son desde hace
años materia de discusión. El gobierno dejó de darlas en 2005. Y aunque en alocuciones
ha brindado cifras parciales, no ha hecho mención a la cifra total de
homicidios. El ministro dio cuenta de que nueve estados del país concentraron
el año pasado el 75% de los "fallecidos por violencia". Esa cifra
equivale a 10.421 personas. La Tasa
de homicidios dice lo siguiente:
§
El
Salvador: 57 homicidios por cada 100.000 habitantes
§
Venezuela:
57
§
Colombia:
34
§
Brasil:
21
§
México:
15
Sin
embargo, de acuerdo al Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), una
organización no gubernamental, el total de homicidios en todo el país fue de
17.600 en los últimos 12 meses, lo que representa una tasa de 57 asesinatos por
cada 100.000 habitantes, la más alta de la región junto a la de El Salvador.
Para Roberto Briceño León, director del OVV, el Ministro, El Aissami "no
dice lo que verdaderamente está ocurriendo en el país". "Yo quisiera
que lo que dice el ministro fuera verdad, que la violencia ha disminuido.
Lamentablemente no tenemos ninguna evidencia de que así sea", lo que
nuevamente refleja que el gobierno miente descaradamente, como lo hace en todo
aquello que le es contrario o inconveniente. El ministro también ha asegurado que
allí donde actúa la Policía Nacional (un armatoste creado por este gobierno) se
había registrado en el último año una disminución de los delitos. El OVV
realiza sus proyecciones en base a cifras parciales que divulga el gobierno y
otras fuentes, explicó Briceño León y dijo “Si nuestras cifras no son
correctas, que abran los archivos y muestren la información. Estamos dispuestos
a modificarlas".
El
gobierno siempre ha reconocido que el problema es prioritario para el país y
sus voceros han manifestado que aún queda mucho por hacer en la materia y que
el gobierno no estaba satisfecho. La criminalidad es tan compleja y diversa, que no puede ser resuelta sólo por el gobierno
nacional, todos debemos colaborar para contrarrestarla, pero sus “políticas” y acciones
van en contra de ello. La oposición tiene la delincuencia y a las políticas
gubernamentales como una bandera mientras el gobierno coloca “pañitos de agua
tibia” para solucionarlos o se hace de la “vista gorda”.
Otra
bomba que esta por estallar es la de las cárceles y el gobierno a través de
Iris Varela, está tratando por todos los medios a su alcance de que esto no suceda,
dándole a la población carcelaria promesas que no creo que cumplan. De las
actuaciones de este personaje investido ahora como Ministro del Poder Popular
para el Servicio Penitenciario, se pueden decir e inferir muchas cosas, pocas
de ellas positivas, pero que ha sacado a la luz pública términos penitenciarios
como el de “PRANES” que no es más que el jefe de los presos de un pabellón y
que su nivel sube si es “PRAN” de un modulo o una cárcel. Es el que da la letra
en el carro. Algunos otros
términos usados dentro de las cárceles, serian:
Acabarse el hechizo: fin de la condena,
culminación del sufrimiento, final del tiempo en la cárcel.
Agua: policía. Término que permite
identificar a un funcionario de custodia o un guardia, con el fin de ocultar
cualquier cosa o acción que pueda traer problemas.
Arepa: persona de doble cara que no
es digna de confianza.
Azuquita: buen trato previo a una traición.
Es frecuente en prisión que alguien dé un buen trato a una persona para después
robarla, estafarla o hasta matarla.
Barco: bolsa de comida traída por
una visita.
Borrarlo: olvidarlo o eliminarlo.
Criminal: extraordinario, muy bueno,
exquisito.
Culebra: enemigo con quien tarde o
temprano se encontrará frente a frente para dirimir las diferencias. Porque la
culebra se mata por la cabeza.
Dar la letra: llevar el mando, indicar lo
que se hace.
El mío: el socio, el amigo, compañero
de causa.
El tuyo: su enemigo.
Frito: recluso pobre sin ningún tipo
de recursos ni apoyo familiar.
Hablar feo: advertencia. Posible tono
amenazante. También se utiliza para señalar a quien rompe una conversación
fluida.
Jugar vivo: ganarse a los presos.
Aprender la rutina carcelaria. Estar pendiente, alerta.
Paisa: preso tranquilo, que no se
mete en problemas. El que no conoce muy bien la prisión.
Peluche: interno protegido por otro.
Para tales reclusos también se usa el término “muñeco”. Muñeco también es
utilizado para denotar un “cadáver”.
Últimamente
se les ha dado mucha importancia a los presos, olvidando el gobierno que son
personas que de una u otra manera han violado las leyes y deben pagar por ello.
Negocian y dialogan con ellos, mientras se niegan ha hacerlo con sindicatos
universidades, etc.
Por todo
lo anterior y en busca de una mejor Venezuela, es que todos deberán salir a
votar y defender su voto.
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